Fórmula 1

¿Acertaron en Ferrari con la estrategia en el GP de Malasia?

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Ferrari salvó los muebles, o mas bien Sebastian Vettel. La última carrera en Malasia después de 18 años se recordará por la segunda victoria en la carrera de Max Verstappen, desde el box su padre y su hermana envueltos en un mar de lágrimas. Emoción por ver a su heredero en lo más alto por segunda vez. En nuestras cabezas estará como Lewis Hamilton un piloto que arriesga, que siempre va al ataque, se transformó en una persona serena y cabal. Dejó a un lado esa agresividad tan característica suya para dibujar con un pincel cada curva del trazado malayo, como si le vinieran los recuerdos de épocas pasadas. Tampoco nos olvidaremos del hombre de la sonrisa eterna, hablo de Daniel Ricciardo. Una vez más piloto seguro, calculador, rápido y podio. Que el australiano acabe entre los tres primeros es una realidad, apuesta segura y ya van ocho. 

Pero sobre todo recordaremos una remontada vestida de color rojo. A los mandos del Ferrari un alemán de nombre Sebastian Vettel. El sábado en la clasificación no llegaron a tiempo tras detectar un fallo en el motor. Los mecánicos trabajaron a contrarreloj para poner a punto a la «bestia roja» pero no lo consiguieron. El piloto alemán sabedor de todo lo que habían trabajado sus mecánicos, salió del coche y uno a uno fue dándoles la mano, transmitiéndole su apoyo a pesar de no poder salir a pista. Gesto que le honra. Todo un caballero. 

Se pensaba que la FIA le impondría la sanción de salir desde el pit-lane tras no marcar el mínimo del 107%.No tomaron esa decisión y el de Ferrari salió como todos los demás, desde el cajón de la salida. Buscaban emoción, querían espectáculo, el domingo lo iban a tener. Y como lo disfrutamos todos los amantes de la F1. Vettel salió como un misil y fue adelantando coches  y coches. La estrategia fue poner neumáticos blandos mientras que sus rivales colocaron los superblandos. En la salida tendría desventaja pero con el paso de las vueltas ganarían temperatura y su degradación sería menor. 

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Alrededor de unas 20 vueltas ya estaba en zona de puntos, seguía escalando posiciones. La batalla con los Force India fue bonita ya que la velocidad de estos en recta es alta. Una vueltas de lucha y marchaba quinto. Próximo objetivo el primero de los Mercedes. Momento de las paradas, el baile de boxes. Vettel recortaba sector a sector tiempo a Bottas hasta que se puso a su estela. Desde la radio le mandaron que parase aunque llevara neumáticos mas nuevos que su rival, buscaban hacer el under-cut y adelantarlo lo antes posible. Lo lograron.

La parada fue perfecta y Vettel en la siguiente vuelta pasaba por delante del finlandés. Cuarta posición, acariciando el podio y minimizando los daños. Montó los superblandos y siguió volando. Vuelta tras vuelta marcaba tiempos de récord, Ricciardo empezaba a mirar en sus retrovisores y veía como poco a poco la mancha roja se hacía mas intensa y mas grande. Hubo un momento en el que Ricciardo y Vettel fueron la prolongación del mismo coche pero el australiano, un muro, impedía al alemán que le pasase. 

Finalmente Vettel levantó el pie, desde el box le pedían que ahorrase combustible y el ataque se desvaneció. En Ferrari aseguraban, preferían sumar un buen puñado de puntos que no arriesgar y quedarse en una curva sin combustible.  Unas vueltas después, Verstappen lloraba de alegría, Hamilton aplaudía, Ricciardo sonreía y Vettel respiraba. Habían remontado desde el final de la parrilla, marcándose un carrerón. Salvaban los muebles y prolonga así la lucha por el mundial otra carrera más. Son 34 puntos los que separan a Hamilton y Vettel, cinco carreras y una lucha preciosa hasta el final. Por tanto la pregunta formulada queda respondida. En Ferrari acertaron con la estrategia.

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