Análisis técnico: la F1 llega a Silverstone

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Tras el Gran Premio de Austria, la sede inglesa del campeonato coge el relevo y la F1 no descansa para competir esta semana en Silverstone, cuna de este deporte, siendo la cita allí disputada en 1950 la primera carrera puntuable para el campeonato de Fórmula 1 de la historia.

Vamos a analizarlo dando una vuelta al trazado actual, que cuenta con esta configuración (la sexta de su historia) desde la temporada 2010.

Comenzamos partiendo de la linea de meta para llegar a la primera curva, a la derecha, conocida como «Abbey». No hay una gran distancia a recorrer en la salida hasta esta curva que, aunque se tome a fondo en clasificación, es bastante estrecha para varios coches ya que no tiene muchas variaciones en la trazada, por lo que es un punto a tener en cuenta al comienzo de la carrera.

En seguida nos encontramos con «Farm Curve», ligero giro a izquierdas para llegar a la fuerte frenada en apoyo de la curva 3, «Village», donde es fácil bloquear los neumáticos. Otro punto importante para adelantamientos y posibles errores tanto en clasificación como en carrera. Tras este cerrado giro de derechas llegamos a otra curva lenta a la izquierda, donde es imprescindible aprovechar todo el ancho de la pista para obtener la mejor tracción posible y salir de la curva 5 rápido para activar el DRS en la recta Wellington y ganar en velocidad punta para completar el primer sector.

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Llegamos así a «Brooklands», curva número 6 del circuito, muy larga a la izquierda y en la que no importa demasiado aprovechar el vértice ya que se entra en frenada y enseguida conecta con la siguiente curva, «Luffield», lenta a derechas en la que es crucial aprovechar una vez más toda la anchura y conseguir la mejor tracción posible ya que, tras el ligero giro a derechas de la curva 8, llegamos a la antigua recta de meta y a la que fuera la primera curva del trazado, «Copse», ahora la número 9.

Esta es parecida a la primera curva actual: muy rápida a derechas y levantando un poco el pie con muy pocas variaciones en la trazada. Llegamos ahora a una de las zonas más famosas del circuito, las rápidas enlazadas que suponen «Maggotts», «Becketts» y «Chapel». En la primera se entra sin frenar e intentando mantener el control del coche se llega a la segunda, donde si tenemos que frenar al entrar y buscar la mejor forma de traccionar para llegar a la tercera con la mayor velocidad posible, ya que desemboca en la larga recta de los hangares, donde está la segunda zona de DRS y donde se suelen ver bastantes adelantamientos.

Aquí comienza el último sector, llegamos a «Stowe» que es un rápido giro a derechas y que nos manda cuesta abajo hasta donde encontramos a nuestra derecha la entrada a boxes. El trazado llega a las últimas curvas, «Club», que se compone de una chicane izquierda-derecha y una curva abierta a derechas en la que hay que tener cuidado de no perder la parte trasera y mantener el coche dentro de la pista en la salida y no pasarse al coger el arcén exterior, para completar la vuelta.

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Como podemos observar, este bonito trazado inglés se caracteriza por una gran variedad de curvas rápidas, curvas lentas, zonas de tracción y largas rectas, por lo que necesitamos encontrar un balance entre la fuerza aerodinámica y la velocidad punta.

De esta forma, los coches que cuenten con un chasis muy estable, podrán aprovechar y reducir el ángulo de los alerones, ganando en velocidad punta sin comprometer el tiempo por vuelta y el desgaste de neumáticos. Mientras que los equipos con peor chasis sufrirán aquí ya que tendrán que conseguir ese extra de aerodinámica comprometiendo la velocidad en recta.

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