Los momentos históricos

Black Jack

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Black Jack, así es como era apodado Jack Brabham. Esto nos da una idea bastante clara de la imagen que se tenía de él. Un hombre rudo, tanto dentro como fuera de la pista; era de esos que hacía lo que fuera por ganar. Un competidor nato, donde no llegaba su talento, llegaban su inteligencia y experiencia. Sin ninguna duda uno de los mejores pilotos de los años 60. Entonces, ¿Cómo es que no se le recuerda tanto como a otros pilotos? Bueno, la memoria no siempre es justa, y este es uno de los casos más claros.

Moss y Brabham // f1photo.com

Jack Brabham llegó a la F1 en 1957 de la mano de John Cooper. Compitió en varios grandes premios obteniendo buenos resultados pese ser un novato. En realidad, llevaba bastantes años compitiendo, primero en carreras locales en Australia, donde fue descubierto por Cooper, y luego en F2. Los que trabajaban con él, afirman que ya en esta época era un genio en la puesta a punto de los coches, permitiéndole esto ser más rápido y constante que pilotos con más talento.

1958 fue su primera temporada completa, obteniendo buenos resultados. Nada espectacular, hay que tener en cuenta que eran sus comienzos y el Cooper era un F2 con motor de F1. Pero en 1959 a Brabham le llegó su oportunidad. El Cooper se había convertido en un gran coche, el chasis había mejorado muchísimo y la idea de poner el motor detrás del piloto en vez de delante, les dio una gran ventaja frente al resto de equipos. Su mayor rival fue Stirling Moss, quien una vez más se tuvo que conformar con el subcampeonato. Al año siguiente la misma historia, pese a que los demás equipos habían adoptado su idea, eran incapaces de vencer a Brabham. Bruce McLaren, un joven con una historia bastante parecida, su compañero en Cooper, era incapaz de seguirle el ritmo. Jack le veía como a un hijo, y le enseñaba todo lo que sabía acerca de los coches, lo que permitió a Bruce mejorar sus resultados y al equipo ganar ambos títulos de nuevo.

Mclaren y Brabham // f1photo.com

En esta época, Brabham ya era conocido como Black Jack. Era habitual que cuando un piloto fuera a adelantarle se pusiera a defender su posición con mucha agresividad, y en varias ocasiones, que metiera una rueda por la tierra para cegar al piloto de detrás. Un sinfín de repertorio que hacía que los pilotos se lo pensaran dos veces antes de acercarse a Jack.

Los siguientes años fueron duros, un Cooper menos competitivo y la explosión de talentos como Jim Clark, Graham Hill o John Surtees se lo pusieron muy difícil. Aun así siguió acumulando podios y buenas carreras. Fue entonces cuando Jack decidió invertir su dinero en crear un equipo. No era el primer piloto que lo hacía, pero sí que era el primero con la intención de fabricar además su propio coche y no comprárselo a otra marca. Fundó el equipo Brabham junto a su amigo Ron Taurunac, un fabricante de coches australiano, que ejercería de ingeniero del equipo. Fue así como en 1962 nació el BT3, pilotado únicamente por Brabham.

Jack Brabham // f1photo.com

Los comienzos fueron difíciles, con resultados mediocres apenas consiguiendo puntos. Al año siguiente un nuevo chasis, el BT7, pilotado por Brabham y por Dan Gurney. Los resultados eran cada vez mejores, otros equipos les empezaban a comprar sus chasis y con esos beneficios lo mejoraban aún más. En 1964 llego la primera victoria de la mano de Gurney, en el GP de Francia.  Todo iba genial, el equipo se estaba haciendo un hueco entre los grandes, Ferrari, BRM, Lotus y Cooper ya temían a su nuevo adversario.

Todo continuo igual hasta 1966, donde la FIA decidió cambiar el reglamento y aumentar el tamaño de los motores. Casi todos los equipos, salvo Ferrari y BRM, equipaban motores Climax. Con el cambio, el equipo Brabham arriesgó cambiando a motores Repco, una pequeña empresa australiana que Jack conocía. Y la verdad es que no le pudo salir mejor, Brabham arrasó aquel año gracias al motor Repco. Primero en ambos campeonatos. Tricampeón de Fórmula 1, y además con su propio coche, Jack se encontraba en lo más alto de nuevo a sus ya 40 años.

Brabham y Hulme // f1photo.com

Al año siguiente su equipo volvió a ganar ambos campeonatos, pero fue su compañero Denny Hulme el que se llevó el de pilotos esta vez. Jack empezaba a mostrarse menos competitivo que de costumbre, seguramente debido a la edad. Aun así continuó pilotando sus coches hasta 1970, y pese a bajar su rendimiento, consiguió una pole, una victoria y cuatro vueltas rápidas ese año, despidiéndose por todo lo alto. Además vendió su mitad del equipo a Taurunac, que se quedaba como director e ingeniero.  Pese a ser Ron una persona de gran carácter, admitió que era incapaz de llevar el equipo él solo, y un año más tarde se lo vendió por 1 millón de libras de la época (algo más de 14 millones de euros hoy en día) a un tal Bernie Ecclestone, pero bueno, esa ya es otra historia.

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