Charles Leclerc, triste por su resultado en Mónaco.

A todo los pilotos del mundo les duele abandonar una carrera, y más cuando es por culpa de un fallo mecánico, pero peor es que esa carrera sea en donde naciste, donde diste tus primeros pasos y donde comenzaste a luchar por tu sueño de ser piloto.

Esta es la sensación que tuvo Charles Leclerc el pasado fin de semana en la carrera del GP Mónaco y tuvo que retirarse debido a un problema mecánico, aclaró en motorsport.com.

El fin de semana no comenzó de la mejor manera posible, puesto que Charles Leclerc tuvo numerosos problemas con el embrague durante la sesión de calificación, calando incluso el coche en la salida del pit-lane. Aún así, el piloto monegasco consiguió hacerse con la pole para la primera carrera, donde desgraciadamente para él, continuaron los problemas.

En la salida, las ruedas comenzaron a patinarle, algo que le impidió rodar a tope. Tras un SC, y con la parada de algunos pilotos, Charles Leclerc fue informado de que tenía que ir a tope para hacer su parada, una vez hecha, el piloto notó que la rueda delantera izquierda comenzaba a moverse, y así era, la calza del camber se rompió. Es una pieza muy frágil que se daña fácilmente con cualquier movimiento brusco, y la vibración de cambiar un neumático por otro en la parada en boxes hizo que se rompiese.

Llegó el día de la segunda carrera y Charles Leclerc quería meterse en el top 10, algo que es difícil, y tras adelantar a varios coches en la Rascasse, cuando fue a adelantar a Norman Nato se tocaron, lo que le impidió terminar la carrera.

f1.com

No fue el fin de semana soñado para Charles Leclerc en el gran premio de su casa, pero asegura que es impresionante pilotar en un circuito urbano, y más tratándose de Mónaco, el mejor circuito urbano del calendario. Para el piloto monegasco, todas las esperanzas están puestas ahora en Baku, donde se celebrará la siguiente carrera de F2.