Fórmula 1

En defensa de Lewis Hamilton

El talento y las hazañas del británico son absolutamente incuestionables, dignos de un legado estratosférico

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Con la renovación de Lewis Hamilton por el equipo Mercedes, al menos de cara a una temporada más, se cierra un debate abierto hace unos cuantos meses. El momento clave fue el Gran Premio de Sakhir, en el que el británico estuvo ausente tras contraer coronavirus, siendo sustituido por George Russell, piloto de Williams y esperanza de futuro de las flechas plateadas. El joven de 22 años cuajó una actuación memorable y la mala suerte fue lo único que le privó de una victoria segura. Tras la carrera, comenzó la controversia.

«Si Russell, con solamente dos años de experiencia en la Fórmula 1 y subido a un monoplaza que no estaba adaptado a él, consiguió superar a Valtteri Bottas a las primeras de cambio, no tendrá tanto mérito que Hamilton, heptacampeón mundial y con más de una década de bagaje en la categoría, haga lo propio temporada tras temporada. Y claro, el elevado sueldo de Lewis supone un problema para Mercedes, que se beneficiaría de contratar a Russell, ya que, a pesar de su menor caché, rendiría igual o mejor y, además, sería una apuesta mucho más inteligente pensando en el futuro». Esta es una opinión que se ha expandido enormemente en los últimos tiempos.

George Russell durante el Gran Premio de Sakhir. Mercedes-AMG F1

Pocos podrían con él

En mi caso, solamente comparto un aspecto: fichar a Russell sería una decisión inteligente de cara a los próximos años. Pero, dudar del talento de Hamilton, del mérito de sus logros, o menospreciar sus increíbles hazañas y los asombrosos récords que está consiguiendo no tiene sentido alguno. Da igual si eres seguidor del británico o no. Su grandeza es evidente. Punto. ¿Ha aprovechado su ventaja al ser parte del equipo más dominador de todos los tiempos? Claramente. ¿Ha habido años en los que su único rival ha sido su compañero de equipo? Sin duda. ¿Muchos pilotos de la parrilla actual podrían ganar el campeonato con el Mercedes? Por supuesto. Sin embargo, y aquí está la clave del asunto, ¿Qué piloto le derrotaría en igualdad de condiciones, al volante de la misma máquina? Ninguno, o casi ninguno.

Esto no solamente lo pienso yo, sino también una voz con una autoridad infinitamente mayor: Carlos Sainz. Según sus propias palabras, «la mayoría ganaría con el Mercedes, pero muy pocos contra Hamilton«. En estos momentos, Alonso, Verstappen, Leclerc y Ricciardo son los únicos a los que veo con posibilidades de plantarle cara, aunque, en el caso del australiano le falte algo de velocidad pura, y en el del holandés y el monegasco sea necesario adquirir una mayor madurez y regularidad. Solamente Fernando alcanza el inigualable equilibrio que posee Hamilton entre talento y experiencia. Aun así, el debate de «si Alonso estuviese en Mercedes, habría ganado diez títulos», llega a cansar. La historia de la Fórmula 1 se escribe a base de hechos, no de conjeturas.

Alonso y Hamilton en su turbulenta etapa como compañeros de equipo en McLaren. Motorsport.com

Además, la figura del asturiano es lo suficientemente grande e importante como para ser resaltada por sí misma. No es necesario menospreciar a sus rivales. De hecho, si el bicampeón es tan extraordinario es porque a lo largo de su carrera se ha enfrentado a algunos de los mejores pilotos de la historia, comenzando por Schumacher, pasando por Raikkonen, Hamilton y Vettel. Todos ellos nombres ilustres, tremendos campeones que han ayudado a engrandecer la Fórmula 1 y con los que Alonso ha tenido la fortuna de compartir pista, demostrando que no tiene nada que envidiar a ninguno.

La apuesta maestra

Volviendo a Hamilton, es innegable que, independientemente de la supremacía de su Mercedes, él tiene una elevada responsabilidad en su éxito. En primer lugar, cuando firmó por el equipo alemán en 2012 muchos nos llevamos las manos a la cabeza pensando que había enloquecido. Dejaba McLaren, un equipo puntero, para irse a Mercedes, un proyecto de futuro que en esos momentos no aportaba ninguna garantía de triunfo. Obviamente, como en cada elección, la suerte ha jugado un papel importante, pero no hay que obviar la valentía y la audacia del británico al abandonar la que era su casa, recalando en una escudería que acabaría por cambiarle la vida. Además, a la imbatibilidad de su monoplaza se le ha sumado su extraordinario pilotaje. No ha habido ningún año, en McLaren o en Mercedes, en el que no haya dado muestras de una genialidad que, probablemente, aparece una vez cada década.

Hamilton tras la consecución de su séptimo título. Mercedes-AMG F1

Disfrutemos mientras podamos

Russell llegará al equipo de Brackley tarde o temprano. Todos lo disfrutaremos, pero mientras tanto, apreciemos a las leyendas presentes en la parrilla actual. La emoción y la pasión son la salsa de cualquier deporte, aunque no hay que dejar de lado la objetividad. Ver esta maravillosa competición con una mente abierta, poniendo en valor la habilidad y trayectoria de cada uno de los pilotos, asegura una fantástica experiencia, más rica y diversa. Ya vimos cuánto se echó de menos a Alonso cuando decidió retirarse temporalmente. ¿Alguien quiere volver a pasar por la misma situación, en este caso con Hamilton? Como si estuviésemos sobrados de iconos. Al final, son ellos los que hacen de este negocio algo fascinante.

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