Carreras históricas de la F1

GP de Mónaco 1984: el día que Ayrton Senna conquistó el principado

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Mónaco ha sido el lugar que históricamente ha diferenciado a los pilotos normales con los grandes. Es que el Principado requiere de ese toque de magia en las muñecas para evitar las barreras. Si a la adrenalina de ir tan cerca de las protecciones se suma la lluvia, el resultado es ciertamente espectacular. Ayrton Senna tenía un vínculo muy estrecho con Mónaco.

Disfrutaba cada vuelta y ese idilio con Montecarlo comenzó en 1984. Un GP recordado por la intensa lluvia que caía, algunos memoriosos recordarán las imágenes de los bomberos regando el sector del túnel para igualar las condiciones con el resto de la pista. El Toleman-Hart del brasileño, era un impensado ganador en condiciones normales.

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Lauda y Mansell terminaron contra las barreras. Senna dio una clase de manejo espectacular esa tarde en Mónaco, superando a pilotos de la talla de Alain Prost, Keke Rosberg o René Arnoux. El Toleman-Hart le permitió alcanzar el decimotercer puesto en la parrilla. Las primeras vueltas no fueron buenas para Ayrton, que no pudo avanzar. Prost se mantenía en la 1ª posición, sobreviviendo a las adversas condiciones. Para la vuelta 31, el piloto brasileño estaba a cinco segundos del francés en segunda posición. El ritmo de Senna era arrollador, cuatro segundos por vuelta más rápido que el líder. El McLaren de Prost estaba penando con las condiciones de la pista, Senna estaba en el paraíso con su Toleman.

Fue entonces cuando los comisarios decidieron detener la carrera. Senna y Bellof seguían descontando al líder. En la vuelta 30, los comisarios empiezan a discutir si detienen la carrera o no. Hunt, por entonces comentarista de la BBC, mantenía su postura de que no había razones para detener la carrera. La decisión fue en la vuelta 31 detener la carrera y dar a los pilotos la mitad de los puntos. Entonces Prost se detiene en el box, Senna cruza la meta creyendo que había ganado la carrera.

Al bajarse del coche se lo podía ver molesto al brasileño que según comentó luego en un par de vueltas podría haber rebasado al francés, algo que quedó en la mera suposición. Prost, piloto que siempre fue muy especulativo, dejó claro que no iba a entrar en lucha con Senna, porque él se jugaba el campeonato. No fue victoria, pero si una demostración de conducción bajo la lluvia en una pista siempre difícil. Tal vez no será la carrera más recordada de Ayrton, pero de algo estamos seguro ese fue el punto de partida para una de las leyendas que han hecho la F1 tan apasionante.

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