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La intrahistoria del fichaje de Key por McLaren: ¿Toro Rosso se rebela contra Red Bull como el principio del fin?

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A primera hora del día aparecía un comunicado oficial en el que James Key pasaba a formar parte de la estructura de McLaren, concretamente como el nuevo director técnico, ocupando así el puesto que dejó vacante Tim Goss allá por abril. Pero la cosa no quedaba ahí.

Creyendo todos que este fichaje había sido una negociación entre los de Faenza y los de Woking, nos equivocábamos. A Toro Rosso este anuncio le ‘pillaba’ por sorpresa. No tenían ni idea. Y comenzaban las especulaciones, las preguntas sin respuestas…y los comunicados a través de Twitter que dejan entrever cierta disconformidad en torno a cómo y de qué manera se ha llevado a cabo todo esto. Red Bull vs Toro Rosso. Franz Tost vs Christian Horner y compañía.

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Para poder entender esta situación, hemos de hacer un análisis exhaustivo de cada partícipe del tablero. Encontramos aquí a McLaren, al propio James Key, Red Bull y Toro Rosso. Comencemos con los ingleses.

McLaren: Se encuentra en una situación espantosa. Qué vamos a decir. No levantan cabeza. Y este año no es por culpa del motor. El MCL33 no es tan bueno estructural y aerodinámicamente como su antecesor de 2017, por lo que sin la ‘excusa’ del motor Honda, sus carencias se hacían visibles. Y eso le ‘pintaba’ la cara a McLaren, concretamente a Boullier y Goss.

Tras no cumplir los objetivos propuestos, tras perder credibilidad en sus palabras, tras ver un chasis tan sumamente pobre en cuanto a prestaciones respecto de sus rivales Zak Brown dijo basta. Comenzaba así una nueva época en McLaren, pero que les resulta ya hasta familiar. ‘La enésima reestructuración’ podríamos decir. Llegó la eminencia de Gil de Ferran al equipo, y desde hoy, James Key procedente de Toro Rosso, que con presupuestos muy bajos ha logrado hacer maravillas que han llamado la atención de todos. Veremos.

James Key: Inglés. 46 años. Formó parte de Midland, Spyker y Force India. Director técnico de Sauber en 2010 y 2011, la última ‘época dorada’ de los suizos. Y desde 2012, director técnico de Toro Rosso. Estaba llamado a ser el relevo de Adrian Newey dentro de Red Bull, pero no fue así. Le vino grande la figura de la mayor y mejor mente, en lo que a ingeniería se refiere, de la Fórmula 1.

Pero con presupuestos más que mediocres logró resultados que ya quisiesen muchos. Sus chasis han llegado a ser tan efectivos que ciertas partes del mismo han sido ‘copiadas’ por las escuderías aspirantes al título. Incluso en 2015 el chasis de los de Faenza superó al del ‘hermano mayor’, al Red Bull. No puede hacer milagros, pero es una inyección de moral muy grande para el grupo McLaren. La parte más débil del monoplaza se renueva con una de las mejores figuras en la actualidad. Cuando comience a colaborar, una incógnita por el momento.

Ahora es cuando comienza lo interesante. Hasta el momento, McLaren y James Key eran ‘los vencedores’ en esta trama, pero Red Bull y Toro Rosso…todo lo contrario. No son derrotados, pero uno de ellos se siente, en cierto modo, humillado. Sí, adivinan de quién se trata: Toro Rosso. Vamos a esclarecer por qué.

Red Bull: Los de la bebida energética ven peligrar su programa de jóvenes pilotos, y tienen que mover ficha. De su estructura de jóvenes promesas en el automovilismo ya no salen ni Verstappens ni Sainzs ni Ricciardos, y eso preocupa a los austríacos. Horner, Marko y compañía quieren bajar del monoplaza de Toro Rosso a Brendon Hartley, que hasta el momento, está teniendo una temporada más que discreta, por no decir muy mala. Pero no pueden. No hay a quién subir.

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No hay un relevo de garantías. Con la opción remota de reclutar a Carlos de nuevo descartada, sólo queda mantener a Hartley y que sea lo que Dios quiera, pero eso se acabó. «Si no hay pilotos en casa, se buscan fuera» deben de haber pensado los mandamases del equipo, y así lo han hecho. Uno de los diamantes en bruto que están por pulir es Lando Norris, por lo que ya saben por dónde van los tiros. Red Bull necesita un piloto de garantías para Toro Rosso y McLaren necesita un buen director técnico. Pues dicho y hecho. Trueque Norris-Key para 2019 y todos contentos. Menos uno, Toro Rosso. ¿Ahora entienden lo de ‘uno de ellos se siente humillado’? Pues eso. Respira Red Bull. Respira McLaren. Respira Norris. Respira Vandoorne. Resopla Toro Rosso.

Toro Rosso: Y llegamos al final. Toro Rosso se siente humillado. Una cosa es ser el ‘equipo filial’ pero otra cosa es esto. Justo a mitad de temporada, sin haber hecho una consulta previa, Toro Rosso se encuentra con la noticia de que su director técnico desde hace 6 años, aquél que les ha hecho ser el foco de atención en numerosas ocasiones, aquél que hizo grande el nombre de Toro Rosso, se va de golpe y porrazo. Y a un rival directo como McLaren.

Y además les van a obligar a dar a un monoplaza a un piloto que no conocen de nada, y Hartley, que lleva dentro de la estructura Red Bull -como se diría- ‘toda la vida’, se tiene que ir. Pues imagínense cómo está Franz Tost. Echa humo. Y no se ha cortado en absoluto. Hace escasos minutos Toro Rosso ha hecho oficial un comunicado de Tost en el que se puede leer cómo el jefe de equipo de la escudería, en un tono de pocos amigos, comentaba lo siguiente: «Key tiene un contrato a largo plazo con Toro Rosso todavía vigente. Los contenidos del mismo son confidenciales, por lo que no haremos comentarios sobre cualquiera de los detalles». Discrepancia total. ¿No creéis?

Esta ha sido la intrahistoria del fichaje de Key por McLaren: ¿Toro Rosso se rebela contra Red Bull como el principio del fin?

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