Fórmula 1

Sebastian Vettel y la limpieza de su legado

El alemán encara el nuevo proyecto de Aston Martin tras dejar Ferrari por la puerta de atrás y con su reputación seriamente dañada

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Lo dijo Fernando Alonso en una entrevista, allá por el 2013, cuando Sebastian Vettel saboreaba la gloria de su cuarto título consecutivo: «El tiempo nos dirá la clase de piloto que es Vettel. Si gana con un coche similar al del resto, será considerado una de las leyendas de la Fórmula 1. Sin embargo, si pilota un monoplaza sin superioridad, y termina cuarto, quinto o séptimo, sus cuatro campeonatos supondrán malas noticias para él porque la gente comenzará a cuestionarlos seriamente. Los próximos años serán interesantes para Sebastian».

Las palabras del asturiano han resultado ser totalmente premonitorias por lo bien encaminado que estaba y lo mucho que reflejan la realidad actual del piloto alemán. Que Vettel es un gran nombre en la historia de la Fórmula 1 nadie lo discute. Que sus estadísticas son de absoluto vértigo, únicamente al alcance de unos pocos elegidos, tampoco. 4 veces campeón del mundo, 53 victorias, 57 poles y 121 podios. Con los números en la mano, el de Heppenheim es el cuarto mejor piloto de todos los tiempos, solo por detrás de Juan Manuel Fangio, Michael Schumacher y Lewis Hamilton, los exclusivos afortunados que poseen un palmarés más laureado que el suyo.

Sebastian Vettel después de conseguir su cuarto título, en el Gran Premio de la India de 2013 – Red Bull Racing

Sin Red Bull, llegó la sequía

Aun así, las leyendas de esta competición no se forjan solamente por sus estadísticas, sino que existen muchos otros factores a tener en cuenta: la personalidad, la comparativa con los compañeros de equipo, el estilo de conducción, y sobre todo, tal y como señaló Alonso, el rendimiento al volante de monoplazas no demasiado competitivos. Es ahí donde realmente sale a relucir el talento del piloto, su madera de campeón y de, por qué no decirlo, competidor legendario. Un estatus que a Vettel se le niega en numerosas ocasiones, quizás demasiadas si se echa un vistazo a sus vitrinas, pero un hecho que tiene una elevada dosis de lógica por el simple motivo de que el alemán, sin el dominio de su Red Bull, no ha sido capaz de volver a ganar un campeonato. Y lo que es todavía peor, a los mandos de un Ferrari muy poco competitivo como el del año pasado, fue completamente arrasado por su compañero de garaje, Charles Leclerc, que acumuló el triple de puntos a final de temporada.

El monegasco no ha sido el único en batir a Vettel con las mismas armas. En 2014, año en el que el alemán defendía su tetracampeonato, Daniel Ricciardo, por aquel entonces el novato de la escudería, le pasó por encima con una pasmosa facilidad, acumulando tres victorias durante la campaña mientras Vettel finalizó con el casillero vacío. Esto demuestra que, si bien Sebastian es un piloto extremadamente eficaz y rápido cuando dispone de un monoplaza hecho a su medida, en cuanto no se encuentra tan cómodo comienzan los problemas, volviéndose vulnerable en comparación con otros mitos de la Fórmula 1 como Senna, Prost, Alonso, Schumacher o Hamilton, quienes siempre brillaron por encima de las prestaciones de sus coches, ya fueran dominantes, buenos o mediocres.

Leclerc y Vettel completaron dos años como compañeros de equipo, ambos con el monegasco como ganador – Scuderia Ferrari

Debe reclamar su lugar en la historia

Por eso, el alemán está ante una oportunidad de oro para reivindicarse y hacer gala de su valía. Su nuevo proyecto como líder de Aston Martin le aportará una tranquilidad mayor de la que tenía en Ferrari, una estructura caracterizada por la asfixiante presión a la que están sometidos sus trabajadores debido a la permanente obligación de ganar. En la escudería británica Sebastian ya no será el objeto de todas las miradas, por lo que podrá relajarse y centrarse en recuperar su mejor versión, la del piloto de Red Bull que, independientemente de la aplastante hegemonía de su máquina, era capaz de domarla a las mil maravillas.

Su marcha de Ferrari por la puerta de atrás se vio como un fracaso, puesto que salió de Maranello sin coronarse y, además, desmoralizado, abatido y triste. No obstante, este cambio de aires debería convertirse en la ocasión perfecta para limpiar el legado del tetracampeón. Su estancia en Aston Martin puede definir su hueco en la historia de la Fórmula 1. Las palabras de Alonso vuelven a ser tremendamente significativas: «Los próximos años serán interesantes para Sebastian».

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