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Fórmula 1

Los «Crash Tests» de la FIA en detalle

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Durante los dos primeros meses del año, cuando los diferentes equipos de F1 están ultimando detalles para la vuelta a pista, es frecuente la aparición de multitud de comunicados por parte de escuderías como McLaren Honda, Toro Rosso o Haas informando de que han superado los tantas veces mencionados “Crash Tests” de la FIA.

Eric Boullier: “Despúes de un duro trabajo, me gustaría dar las gracias a todos aquellos que nos han ayudado a superar los test de impacto de la FIA. ¡Ahora vamos a pintarlo!”

De estas palabras del director deportivo de McLaren se puede deducir que cumplir con las exigencias que impone la FIA no es tarea fácil, ya que es necesario tener en cuenta una gran cantidad de parámetros de seguridad a la hora de desarrollar el monoplaza. Por este motivo, en el presente artículo se intentará explicar con detalle en qué consisten estas famosas pruebas de homologación, además de comentar los diferentes ensayos de carga a los que se ve sometido un F1.

Empecemos con un repaso a la historia. Los “Crash Tests” comenzaron a realizarse oficialmente en 1985 con el propósito de dotar de la máxima seguridad posible a un deporte en el que, por desgracia, los desenlaces fatales eran bastante comunes. Dichas pruebas, supervisadas por la FIA y realizadas con instrumentos de medición directamente calibrados por ellos, suelen llevarse a cabo en el Centro de Impacto de Cranfield en Bedfordshire (Inglaterra). Existen otras dos instalaciones en las que realizar estas pruebas: el Laboratorio de Investigación del Transporte de Wokingham en Berkshire (Inglaterra), y el Centro de Certificación y Análisis de Comportamiento (CSI) de Milan (Italia).

A su vez, existen otros 18 centros (repartidos en 8 países) que pueden realizar diversas pruebas estáticas y de vuelco. Uno de ellos se encuentra en España, concretamente en Tarragona: IDIADA Automotive Technology.          

Pruebas dinámicas:

Dentro de los denominados “Crash Tests” o pruebas de impacto en movimiento se incluyen 5 ensayos diferentes, los cuales son aplicados a la parte frontal (2), lateral (1) y trasera (1) del monoplaza, además de otro aplicado a la columna de dirección (1). La principal finalidad de estas pruebas es medir la resistencia mecánica de los distintos elementos que constituyen el vehículo, es decir, comprobar su rigidez y capacidad para deformarse en función de si se trata de un elemento estructural o no. De este modo se pretende conseguir que cuando un monoplaza sufra un impacto, no toda la energía del mismo sea transmitida al piloto, sino que una parte muy importante de ella sea “disipada” mediante la degradación de ciertos componentes diseñados para tal fin: lo importante no es hacer un coche indestructible, sino un coche que amortigüe un impacto para que la deceleración sea menos brusca. Por otro lado, elementos como la célula de supervivencia o el «cockpit» deben quedar intactos tras el choque.

Por este motivo, una porción muy grande de las piezas que constituyen un F1 están fabricadas de materiales “composites”, como puede ser la fibra de carbono o de vidrio. Estos materiales se caracterizan, aparte de por su baja densidad y alta resistencia (ratio resistencia-peso elevado), por su alta capacidad de absorción de energía (SEA). Como se ha comprobado experimentalmente, una buena estructura de fibra de carbono puede llegar a absorber 6 veces más energía que el acero.

El Zylon es un material 10 veces más resistente que el acero y que es utilizado para reforzar el cockpit del monoplaza. Es tan elevada su resistencia, que un hilo de Zylon de 1 milímetro de espesor es capaz de resistir un objeto de 450 kilogramos de masa. (fuente: reuters.com)

 

Prueba de choque frontal 1: 

El fin de este ensayo es comprobar la integridad del morro del coche. Para ello se coloca el chasis junto al morro en una plataforma metálica (dispositivo parecido a un carrito), debiendo sumar 780 kg. El conjunto es acelerado hasta alcanzar una velocidad de 15 m/s (54 km/h) para posteriormente chocar contra un muro. La resistencia de la estructura debe ser tal que la fuerza máxima causada por la deceleración en los 100 primeros mm de deformación no puede superar los 10 G´s (75 kN). Además la deceleración media durante los primeros 150 mm tiene que ser menor de 2.5 G´s (18.75 kN). Durante todo el proceso jamás se podrá exceder el pico de 45 G´s para poder superar dicho test de forma exitosa.

 

Prueba de choque frontal 2:

El objetivo de esta prueba es comprobar la integridad del chasis y del depósito de combustible. Se añade a la plataforma comentada anteriormente el depósito lleno de agua, se quita el morro, y se conecta a la parte frontal de la célula de supervivencia una plancha de aluminio de 50 mm de espesor y de área 500×375 mm2. Además, se incorpora un maniquí de 75 kg que quedará sujeto con los cinturones de seguridad y que irá equipado como un piloto, simulando las condiciones de carrera lo mejor posible. En conjunto la estructura a ensayar deberá tener una masa de entre 900 y 925 kilogramos.

Representación de la segunda prueba dinámica frontal.

De nuevo, se impacta a una velocidad de 15 m/s, pero no contra una superficie plana: esta vez el choque tiene lugar contra una serie de tubos que registran la deformación, la absorción de la energía y la máxima deceleración.

Tras el test se comprueba que no haya pérdidas de combustible (agua en el caso de las pruebas) y que no haya sido dañada la célula de supervivencia ni los diferentes elementos de seguridad (extintores, cinturones, etc). Además se estudiará que la deceleración sufrida en la espalda del maniquí no supere los 60 G´s de fuerza durante más de 3 ms.

 

Prueba de impacto lateral:

La estructura a ensayar queda fijada al suelo con firmeza y un objeto sólido de masa 780 kg impacta contra la misma a una velocidad de 10 m/s (36 km/h).

 

Prueba de impacto trasera:

Durante la misma, todas las piezas situadas en la parte posterior del motor deberán ser incorporadas al ensayo, incluyendo incluso elementos de la suspensión. La estructura y la caja de cambios quedarán completamente fijas, siendo golpeadas por un objeto plano de área 450×550 mm2 y de masa 780 kg que viaja perpendicularmente al suelo a una velocidad de 11 m/s (39.6 km/h).

Parte trasera de un F1 encargada de absorber la energía del impacto (fuente: formula1-dictionary.net)

Durante el ensayo no se podrán superar los 20 G´s  en los primeros 225 mm de deformación y, además, esta deceleración no podrá mantenerse constante durante más de 15 ms (medida en la dirección del impacto). A su vez, se examinará exhaustivamente que todo el daño estructural que haya sufrido el vehículo se encuentre en el área comprendida entre el eje de la rueda trasera y el difusor.

 

Prueba columna de dirección: 

En este último ensayo dinámico se prueba que la columna de dirección se rompa en caso de ser golpeada por la cabeza del piloto. Para ello, se simula un golpe con un objeto semiesférico de diámetro 165 mm y de masa 8 kg, el cual viaja a una velocidad de 7 m/s (25.2 km/h). Se comprobará que la deceleración del objeto no supere los 80 G´s durante más de 3 ms y que el mecanismo de liberación rápida del volante siga intacto.

 

Pruebas de la estructura anti-vuelco:

Esta estructura que forma parte del chasis del monoplaza está diseñada para evitar que el piloto golpee con su cabeza en el suelo en caso de que el vehículo dé media vuelta sobre sí mismo. Consta de una estructura principal y otra secundaria, como se puede apreciar en la foto.

Monocasco del Renault R29 (fuente: f1simplified)

Tras la aplicación de una fuerza equivalente de 50kN lateralmente, 60 kN longitudinalmente y 90 kN verticalmente (¡el equivalente a una masa de más de 9 toneladas!), la deformación de la estructura principal debe ser menor de 25 mm medidos en la dirección de la fuerza.

Por su parte, la estructura secundaria se verá sometida a una carga vertical de 70 kN y no podrá deformarse más de 50 mm.

Pruebas de carga en la estructura anti-vuelco principal (fuente: motorsport.com)

 

Pruebas estáticas:

Son un conjunto de 13 pruebas en las que el chasis se ve sometido a diferentes estados de carga con el fin de comprobar que este pueda soportar las presiones generadas por dichas fuerzas.

En los tests realizados en la célula de supervivencia y en el «cockpit» las deformaciones, en caso de superar los 3 milímetros, no deberán ser mayores de un 120 % del valor máximo que alcanzaron en las pruebas de estructura antivuelco. Además no podrán deformar más de un milímetro durante el primer minuto, y obviamente, no podrán colapsar. Las cargas aplicadas oscilarán entre los 15 y 50 kN.

A su vez, al morro se le aplican cargas de 40 kN en dirección horizontal y vertical al mismo. El punto de aplicación se encuentra a 550 mm del eje de la rueda delantero. Tras 30 segundos manteniendo constante la carga máxima se comprueba que ni el morro ni los puntos de anclaje de éste con el chasis hayan sido dañados.

Finalmente, se estudiará la resistencia de los elementos de la parte trasera y lateral del monoplaza tras la aplicación de fuerzas de 40-60 kN en varias direcciones.

 

Gracias a esta serie de pruebas a las que se ven sometida los F1, accidentes como los que sufrieron Kevin Magnussen en Bélgica, Fernando Alonso en Australia o Robert Kubica en Canadá han quedado en un simple susto. Estos ejemplos son una clara demostración de que la Fórmula 1 ha luchado durante años por acabar con los accidentes mortales como los de Ayrton Senna o Gilles Villenueve, consiguiendo con un éxito indudable minimizar los riesgos que tiene la práctica de este deporte.

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McLaren afronta México con motivación, pero con Red Bull pisándole los talones

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McLaren llega al Gran Premio de México contentos tras un buen desempeño en Austin. Pero no pueden dormirse, Red Bull sigue muy cerca en el campeonato de pilotos, y cualquier descuido podría costarles terreno.
 
Lando Norris se muestra entusiasmado con la llegada al Autódromo Hermanos Rodríguez: “Estoy super emocionado de ir a México. Es un lugar que me encanta visitar yla pista es divertida de conducir. La Ciudad de México está llena de aficionados que aman el deporte, así que tengo muchas ganas de sentir la energía”. 
 
Para el británico, Austin fue un trampolín: “Después de terminar en el podio en Austin, quiero seguir mejorando y luchar por más puntos este fin de semana”. Su objetivo es claro: aprovechar su buen momento y seguir recortando distancias.

Por su parte, Oscar Piastri afronta el fin de semana con la mirada puesta en un nuevo resultado sólido: “Es otra oportunidad para trabajar con el equipo y maximizar el rendimiento. Estoy concentrado en dar lo mejor de mí”.
 
El director del equipo, Andrea Stella, subraya el reto que supone la altitud del Autódromo Hermanos Rodriguez y la importancia de mantener la concentración: “México siempre ofrece buenas carreras. Contaremos con Pato O´Ward en la FP1, lo cual nos ayudará en la puesta a punto para un fin de semana competitivo”.
 
Con un coche cada más fuerte y una afición apasionada esperándolos, McLaren busca defender su posición ante Red Bull. Verstappen se encuentra a solo 40 puntos de Oscar Piastri y a 26 de Norris. Todo apunta a un emocionante cierre de temporada entre ambas escuderías.

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Red Bull llega a México con la mirada puesta en el título de pilotos

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Red Bull aterriza en el circuito de México con un objetivo muy claro, mantener el ritmo y seguir en la pelea por el campeonato frente a McLaren, su gran rival en esta recta final de la temporada. Tras una racha positiva en las últimas carreras, el equipo confía en que el Autódromo Hermanos Rodríguez, uno de sus escenarios más favorables, vuelva a sonreírle.
 
Max Verstappen, tres veces ganador en Austin y cinco en México, reconoce que el momento es clave: “Hemos ganado un gran impulso en las últimas carreras y queremos seguir presionando. EL circuito suele adaptarse bien a nuestro coche y la clave estará en la gestión de los neumáticos y el agarre. Necesitamos otro fin de semana perfecto para mantenernos en la lucha por el campeonato”.
 
Por otro lado, el equipo está satisfecho con la séptima posición que obtuvo Yuki Tsunoda. El japonés llega motivado tras sumar puntos en la última carrera. “Austin fue un fin de semana muy positivo. Me sentí confiado en la larga ronda y quiero mantener esa consistencia en México. Si logro clasificarme mejor, puedo aspirar a más puntos y pelear más cerca de la cima”, explicó el piloto.


 
Las estadísticas juegan a favor del equipo. Ningún piloto, escudería ni proveedor de motores tiene más victorias en la Ciudad de México que Max Verstappen, Red Bull y Honda, con cinco triunfos cada uno. Además, el trazado, situado a más de 2.200 metros de altitud, pondrá a prueba los motores y la gestión del aire, un factor en el que los de Milton Keynes suelen destacar.
 
Con McLaren pisándoles los talones en la clasificación, Red Bull necesita otro fin de semana sin errores para mantener vivas las opciones y esperanzas por el título. La lucha sigue abierta, y México podría ser el punto de inflexión que decida si el dominio de Verstappen y su equipo continúa, o si McLaren da un golpe sobre la mesa.

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Los 9 rookies al volante para los libres 1 del Gran Premio de México

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Nueve pilotos jóvenes tendrán la oportunidad de ponerse al volante de un monoplaza de Fórmula 1 durante la primera sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de México, en el Autódromo Hermanos Rodríguez. 

Desde la temporada pasada, el reglamento exige a cada equipo ceder al menos dos sesiones de libres por coche a lo largo de la temporada para que los pilotos jóvenes o de reserva tengan la oportunidad de dar a conocer sus habilidades, para que los equipos vean el talento, además de ganar experiencia. En total, cada escudería debe cumplir cuatro sesiones de rookies por temporada, una medida que busca facilitar la adaptación de los pilotos a la categoría más alta del automovilismo. 

¿Quiénes serán los reemplazados? 

McLaren – Pato O’Ward conducirá el McLaren de Lando Norris. El piloto mexicano, actual subcampeón de la IndyCar Series con el equipo Arrow McLaren, vivirá una vuelta muy especial ante su afición.

Arvid Lindblad repite con Red Bull

Red Bull – Arvid Lindblad tomará el lugar de Max Verstappen. Británico-sueco, una de las mayores promesas del programa de jóvenes pilotos de Red Bull. Acumula victorias en Fórmula 3 y actualmente compite en Fórmula 2.

Ferrari – Antonio Fuoco reemplazará a Lewis Hamilton. El italiano participará por primera vez en un Gran Premio con la escudería de Maranello, con quien participa en el WEC.

Mercedes – Frederik Vesti sustituirá a George Russell. El danés ya ha realizado otras sesiones de FP1 con Mercedes. Ha ganado en Fórmula Regional Europea y después pasó al programa de jóvenes de Mercedes.

Antonio Fuoco se subirá en el Ferrari de Hamilton

Williams – Luke Browning campeón de la F3 británica, correrá sustituyendo a Sainz. Tras una buena campaña de Fórmula 3, ahora disputa su primera temporada completa en Fórmula 2. 

Otros nombres como Paul Aron (Alpine), Jak Crawford (Aston Martin), Ryo Hirakawa (Haas) y Ayumu Iwasa (Racing Bulls) también participarán en esta sesión. 

Estas sesiones sirven para un buen entrenamiento, pero también son una oportunidad para que los equipos evalúen a sus pilotos reserva de cara a futuras temporadas. Muchos de los nombres que veremos en la FP1 del viernes podrían estar en la parrilla en un futuro.

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