Que la marcha de Daniel Ricciardo al equipo Renault nos resultó sorprendente a todos, incluso para el mismo Christian Horner, es una realidad. Como también es una realidad -por mucho que Horner, Marko y compañía lo nieguen- que Max Verstappen y Daniel Ricciardo no gozan del mismo estatus dentro de la escudería. Salta a la vista que el holandés es, en cierta medida, beneficiado y mimado por la escudería austríaca.

Esto no es visto como algo raro dentro de la Fórmula 1 actual. Es más, la mayoría de equipos actualmente -por no decir todos- poseen un piloto principal y un segundo piloto, que ha de estar siempre disponible en ayudar a su compañero realizando todas aquellas tareas que su equipo ordene. En Mercedes sucede con Hamilton y Bottas, en Ferrari con Vettel y Raikkonen y, aunque no sea tan fácil de ver, en Red Bull con Verstappen y Ricciardo. Y esto, al aussie, no le gusta. Daniel no quiere poner en peligro su carrera en favor de un piloto al que ha superado en numerosas ocasiones. Y mucho menos quiere ver relegada su importancia a un segundo plano.

Max Verstappen y Daniel Ricciardo

Es evidente que cuando eres un piloto joven, ambicioso y con talento, lo que quieres, es darlo todo en la pista y ganar carreras, pero cuando te enfrentas al posiblemente mejor piloto de la escuela de jóvenes promesas de Red Bull, hay una presión añadida. Daniel Ricciardo ha sido un piloto que salió de la misma estructura de jóvenes pilotos, que se buscó la vida en HRT, se lució en Toro Rosso y en Red Bull asombró a todo el mundo logrando victorias imposibles en la era híbrida, en la era dominante de Mercedes. Pero, al lado, está un tal Max Verstappen.

Un Max Verstappen que ha ofrecido espectáculo con mayúsculas desde que llegó en 2014. Ha sido comparado incluso con el mismísimo Ayrton Senna por su ferocidad y estilo de pilotaje. Está llamado a ser el futuro de la Fórmula 1. Está llamado a ser el mejor de todos los tiempos, pero no lo está demostrando. Una temporada más que irregular entre accidentes, fallos mecánicos, declaraciones fuera de contexto y enfrentamientos con la prensa. Las oportunidades que tiene dentro de Red Bull parecen ser infinitas, y más de uno, sobre todo por Rusia, debe de estar riéndose irónicamente mientras se tira de los pelos, pero sí. Tiene infinitos votos de confianza. Y tiene infinitamente más posibilidades de ser el piloto nº1 dentro de la estructura de la marca de bebidas energéticas. Y esto, a Ricciardo, no le gusta.

Así se ha manifestado Christian Horner, que parece haber ‘calado’ a la primera al australiano: «Ricciardo se ha ido porque no quería convertirse en el posible escudero de Max Verstappen» Y por sus palabras, parece ser que es así a ciencia cierta: «Hicimos todo lo posible para que Daniel se quedase. Le ofrecimos todo lo que pedía. Le ofrecimos un contrato a corto plazo por si en 2020 Mercedes o Ferrari se interesaban por el. Le ofrecimos también cambiar de equipo si los motores Honda no resultaban ser beneficiosos para nosotros. Por eso, cuando me dijo que se iba, no me lo creía. Ha sido por una razón ajena al dinero, duración o compromiso» comentaba Horner.

Daniel Ricciardo celebrando su victoria en el pasado Gran Premio de China

A pesar de la decisión de Ricciardo, en Red Bull se le va a recordar con mucho cariño y aprecio. Un hombre feliz. Siempre risueño. Siempre con una sonrisa en la cara. Un piloto diferente. Fuera de lo común. Un piloto que ha conseguido mostrarse de tal manera al público que estos, en vez de verle como una máquina que se dedica a competir cada domingo, le ven como el piloto más cercano y afable de la parrilla. Por eso, Horner no puede negar su admiración hacia él: «Ha tomado una decisión que pone en peligro su carrera, porque ahora mismo Renault está luchando en mitad de tabla, pero que puede ser la correcta en un futuro cercano. Es un hombre fiel a sus palabras y sentimientos. Le deseo lo mejor en este nuevo desafío para él» finalizaba el jefe de Red Bull.